martes, 21 de febrero de 2012

Los santos, los dioses, los demonios


“ES una gilipollez estar lejos,- le ha dicho una chica italiana a otra mejicana- Solo los santos, los dioses y los demonios pueden estar realmente lejos de las cosas”
“Tienes razón. Míranos aquí, como dos idiotas leyendo la prensa de nuestros países y preguntándonos qué coño estarán haciendo nuestros novios ahora mismo”
“Insisto: solo los dioses, los santos y los demonios”
“Te has dejado a las putas”
“No seas machista”
Los dioses, los santos y los demonios, ocupados en la inacción y en la estrategia. Locos de atar por no poder mancharse la boca con el tomate de la pasta de Martina, por su incapacidad para mover las caderas como las tres ladies del anuncio de danza del oriental de los sábados, espantados por no saber arquear las espaldas los suficiente ante el placer o ante el dolor, determinados por no encontrar la palabra “milonga” en su imaginario.
Huele a café y me levanto. Un resorte inevitable. Solo los dioses, los santos y los demonios pueden alejarse de todo… los demás estamos demasiado próximos a nuestros gestos atávicos.   

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