sábado, 18 de febrero de 2012

Chinatown o cómo encontrar el viento que mueve una rueda abandonada


TODOS los ebrios, indigentes, las locas, los tarados, los sin techo, las perdidas. Todos y todas ellas acampan a sus anchas en el límite entre los barrios de Gastown y Chinatown.
Son los protagonistas de todos los thriller de Vancouver.
Huele mal, se tornan negros los grises, la mugre define los escaparates, los letreros denigrados, basura acumulada en los carros de combate, gritos, se lucha, chillidos, se vence, miradas descomponiéndose en las aceras, guardianes de portales decadentes, viejas glorias que custodian las entradas y salidas del infierno.
Un hombre se me acerca dando unos tumbos exquisitos y me pregunta, con acento escocés de haber pasado mala noche, algo así como “Are you married, baby?”
Le digo que no, gracias, que no lo estoy, pero que muchas gracias por preguntar. 
Volveré. 


1 comentario:

  1. Cuidado peleadora... que una fue a dar y le dieron, cuidado, en los infierno también buscan esposas, baby.

    ResponderEliminar