sábado, 3 de marzo de 2012

Corea 10- Japón 10, o cómo no hacer tortilla de patata


Bool Go Gi por parte de la delegación de Corea, Okonomiyaki por parte de la delegación de Japón, y pasta italiana hecha por una escisión de la misma delegación japonesa.
Las croquetas están olvidadas. También la tortilla de patata y la paella; todo eso está olvidado. Aquí, ahora, en Vancouver, solo se come Bool Go Gi y Okonomiyaki con palillos de la China. Se bebe Gin-Canadá fresquita mientras suena algo de jazz del siglo pasado.

-       ¿Puedo hacerme una foto contigo?
-       Claro que sí, Masha
-       Es para mi madre
-       Lo que quieras…
Y entonces parece que escucho cómo Masha toca el piano en el salón de la casa de sus padres en Kazakhstan. Es una sinfonía rusa y hace mucho frío. Ha entrado a mi casa con los dedos helados y la cara muy pálida.
Cada vez que Masha te mira parece que te quiere pedir alguna cosa importante, algo que le nace muy de dentro y que es esencial. Es todo lo que guarda después de inviernos duros y canciones tristes sobre amigos que se fueron. Brindan con alcohol pero ella no bebe porque tiene que estar perfecta para la siguiente canción del repertorio. No terminará esta noche y Masha seguirá tocando su piano hasta que consiga que el frío se vaya.
 

Le pregunto si se encuentra bien.
Me contesta en inglés con acento ruso que no le pasa nada, que está feliz, pero necesita hacer una llamada a su marido que vive también en Vancouver y se ha quedado solo con los dos gatos que acaban de adoptar.
-       ¿Puedo salir un momento de tu casa?
-       Por supuesto. Avísame cuando quieras entrar de nuevo
-       ¿Sabes?... estoy feliz, sí, me gusta esto. Ayer me preguntaste si me gustaba estar aquí y te dije que sí, pero, me gusta y no me gusta... ¿sabes? aquí, bueno, está mi marido, tengo que estar aquí, pero aquí echo mucho de menos a mi familia
  
Masha tiene 22 años.

No hay comentarios:

Publicar un comentario